Ha comenzado un nuevo año. El final o principio de año es un tiempo adecuado para pasar balances a las múltiples facetas en la que se desarrolla nuestra vida. En este sentido la palabra balance no tiene que ser entendida en términos estrictamente matemáticos donde las cosas o son positivas o negativas. Donde hay final hay en números rojos o azules.
Nuestro balance de fin de año tiene que verse en término de aptitud más que de contabilidad. En este sentido puede que aquellas cosas que pusimos en números rojos bien caben estar en números azules o verdes.
El se humano es arquitecto de su destino hemos oído muchas veces esta expresión y quizás nos hemos detenido un ver el poder que hay en este palabra. Un balance sincero nos proporcionará números rojos, nos damos cuentas de que se quedaron cosas por hacer en todos los ámbitos de nuestra existencia social, política, familiar afectivo, económico y espiritual.
El lamento por lo que no pudimos hacer ya no tiene sentido, es conveniente en este sentido cambiar el punto de mira y mas que culparnos por lo que no hemos hecho, más que darle paso al sentido de derrota cabría pensar y valorar el esfuerzo que hemos hecho para conseguirlo.En esta sentido si descubrimos que los propósitos no alcanzados no estuvieron ausente de esfuerzo. Entonces si es así hay que ubicarlos en la lista de las cosa positivas. Dijo Gandi “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo no en el resultado final. Un esfuerzo total es una Vitoria completa”.
No esta una actitud de conformismo, ni un intento de justiciar la falta del deber cumplido, sino una manera de ser más compresivo con nosotros mismos y de acostumbrarnos a ir cambiando las perspectivas de ver las cosas. No tiene ningún sentido sentarnos a lamernos las heridas causadas en año que acaba. El nuevo año es una hermosa y propicia oportunidad, para sanar esas heridas, para abrir esas puertas que quisimos abril y por las mil razones que fueron no abrieron. El nuevo año 2014 estará ahí entero para abrir esa puerta, para sanar esas heridas. Es posible que haya sido un año de tormentas.
El pastor Edy Alvares en un hermoso servicio religioso al final del año nos invitaba a recordar algo que también vale para el nuevo año. Parafraseando al pastor Edy Alverez en el este nuevo año hemos recordar, de tener presente. Que las tormentas anuncian nuestras victorias, que la tristeza del 2013 anuncia nuestra alegría en 2014.
Feliz año 2014